viernes, junio 20, 2008

No tiene precio

Botas y traje para escolta: $550.00

Colegiatura mensual: $700.00

Reinscripción, gasto anual y demás gastos: $2,000.00

"Cooperación" para regalo del dia del papá: $35.00

1 Kg. de Barro naturista: $40.00

Recibir una nota como la siguiente:



Me cae que no tiene precio.

Gracias "Migajita"; siempre serás la Princesa de Papá!

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jueves, abril 10, 2008

El eskimo

Últimamente debido a que he estado saturadísimo de trabajo he dejado de nuevo abandonado este sitio que estaba destinado a ser mi bitácora. Valiente bitácora con un post mensual.

Seguimos emocionados por que pronto, ya muy pronto, estará mi bebé con nosotros. He estado presionado por los gastos que se vienen y que tengo bien identificados gracias a que con mi hija si me di de topes en la pared ya que nunca siquiera imaginé que tener un hijo(a) sería tan caro, más aún en estos días de devaluación continua y precios exorbitantes.

Y pensando en esos precios exorbitantes, y debido a que estuve soñando con mi viejita, mi abuela materna, Doña Micaela (así, con mayúsculas) recordé aquella tarde de… Pero como dicen en la Doctores: vamos por partes.

Mi Viejita casi nunca venía a visitarnos, así que cuando lo hacía para mí era un evento sin igual… un gran acontecimiento pues. En unas de las pocas veces que vino, cuando regresé de la escuela, me pidió que la acompañara al mercado porque ella se perdía. Y era literal: no sabía regresar a casa por sí sola, ya que al estar acostumbrada a vivir en el mismo pueblo casi toda su vida, los puntos de referencia habituales no existían. Total que llegando al mercado, compró todo lo que necesitaba y casi para regresarnos sin querer pasamos frente al local de los eskimos (una especie de leche batida con hielo y de diferentes sabores) y se me antojó uno; ella con ese olfato materno que tienen todas las mamás lo notó y me preguntó si quería uno. “Si”, le contesté sin pensar siquiera en si ella tenía dinero para comprarlo. Mi mamá le había dado el dinero exacto para comprar la comida, por lo que no le alcanzaba, además que en esos años nuestro queridísimo presidente Lopez Portillo (sí, aquel que defendería nuestra moneda como un perro) anunciaba una devaluación más. De su propio dinero, que guardaba en un pañuelo amarrado debajo de su blusa, a la antigua usanza de los indígenas mixtecos, compró el eskimo que le pedí. Luego de eso regresamos y el eskimo no duró todo el camino de vuelta; me lo terminé antes de llegar a casa.

Al otro día, le platiqué a mi mamá sobre el eskimo. Me regañó porque mi abuelita venía muy recortada de dinero y quizá no le alcanzaría para las cosas que venía a comprar, su pasaje o cualquier cosa que ella quisiera; que viera que el País estaba de mal en peor, que el dinero ya no alcanzaba (esto como que no me quedaba muy claro en esos años), que si quería el eskimo le hubiese dicho a ella (a mamá) que lo quería para que le diera dinero a mi viejita. Total que en esos años me quedó claro que no anduviera de “pedinche” y menos con mi abuelita.

Cuando falleció mi viejita perdí a una persona importantísima para mí. Gracias a ella comprendí muchas cosas sobre ser padre; mis viejos (papá y mamá) siempre han creído que es gracias a ellos que me convertí en el hijo modelo que creen que soy, pero la verdad, la-neta-la-neta, fue gracias a mi viejita, la televisión y los pleitos que ellos tuvieron. Aunque esto de los pleitos es tema de otro post.

Muchos años después de aquella tarde del eskimo, cuando era más consciente (no mucho, pero si un poco más) entendí que mi viejita me quería mucho; que era capaz de quitarse un pan de la boca para dármelo, capaz de descontar de su presupuesto una cierta cantidad con el único fin de cumplirme un antojo y principalmente, por verme feliz.

Cuando comprendí esto, me cayó un graaan veinte: me di cuenta que ella me amaba con un amor materno inconmensurable, porque anécdotas como ésta tengo muchas, pero la más representativa es la de aquella tarde del eskimo.

Incluso hoy en día, cuando por casualidad paso cerca de un puesto de eskimos, o a mi hija se le antoja uno, me llega ese recuerdo. Y si no me compro uno, en mi mente llega el recuerdo del sabor de esa tarde; el delicioso sabor de un eskimo de vainilla que me supo tan, pero tan D-E-L-I-C-I-O-S-O…

Saludos viejita chula, donde quiera que te encuentres.

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miércoles, agosto 01, 2007

GavoWan Cantando I


GavoWan Cantando I
Originally uploaded by GavoWan

Sábado 28 de julio de 2007

Fiesta sorpresa: Muchos pesos

Desorganización: muy barata

Invitados completos: muy fácil

Ver el rostro de mi flaquita entrando a casa con todos sus familiares esperándola, deseosos de felicitarla y voltear hacia atrás a verme con una mirada de: "Tu lo supiste todo el tiempo y no me dijiste nada!!"...

NO TIENE PRECIO!!!

Y para el remate, entra el Mariachi que no fue tan sorpresa. Y de repente GavoWan se para en medio del mariachi para "Berrear" la canción de: "Esposa mía" y el mariachi le pone la guitarra al GavoWan y cual auténtico trovador(?) le raspa sacando las mejores notas, salidas del corazón caramba!

La neta no se ni agarrar la guitarra (soy zurdo) ni se cantar pero por mi flaca, lo que sea!

TE AMO FLACA, Y SIEMPRE LO HARÉ.

FELIZ CUMPLEAÑOS LAURA!

Saludos.

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viernes, enero 05, 2007

Día de Reyes, ayer y hoy

En casa de mis papás, las cosas no fueron muy pródigas de lujos; de hecho, las pocas cosas que hubieron en casa fueron compradas en pagos chiquitos y con una administración efectiva y eficiente de mi madre.

Sin embargo, para el día de Reyes, ¡siempre hubo todo lo que yo deseaba!

Aunque también hubo sinsabores en días como estos, en mi niñez: Recuerdo bien una ocasión que en plena fiesta de Navidad, después de arrullar al Niño Dios (algo que no comprendía del todo) rompí sin querer un plato y mi padre me regañó mandándome a dormir temprano. Todos mis primos(as) jugando y yo regañado; ¡Demonios!

El Santa Clós llegó a casa ya muy tarde y aunque era espléndido, para mí la imagen de los Reyes Magos era la que más de emocionaba. Siempre encontraba abajo del árbol todo lo que yo esperaba y más.

Es por los recuerdos de esos días de mi infancia que me aplico para que en Día de Reyes, mi hija tenga lo que ella espera, aunque eso implique ciertos malabares. Me explico:

Este año ella está un poco más despierta y quiere cosas más específicas. Todavía el año pasado unas muñecas y su casa de campo fueron más que suficientes para que estuviese contenta. Pero este año la señorita quiso ¡una muñeca “Bratz” y sus pinturas! What The Hell! No entiendo de donde sacó lo de la Bratz, porque las pinturas es algo que tiene desde más pequeña (entre las pinturas y los bebés me tiene frito; a lo mejor y en otra vida fue mamá joven, no sé). Pero bueno, yo entiendo eso de la ilusión y no quiero que la pierda tan pronto, así que...

Ayer por la noche recorriendo un tianguis ambulante de juguetes encontramos lo que quería y algunas cosas más. Lo malo es que mi Migajita estaba aún despierta por lo que tuvimos que ir comprando las cosas en estaciones: primero Laura (mi esposa) y mi hija veían, las dejaba que avanzaran algunos metros y yo lo compraba. Así lo hicimos y cuando terminamos, nos separamos: Yo me fui adelante esperando que mi hija no me viera para que escondiera las cosas en casa y a esperar a que mi esposa y mi hija llegaran después. Listo, misión cumplida. Ya solo nos resta esperar a hoy por la noche o en la madrugada para poner sus cosas y que ella las vea.

Cuando hago esto, comprendo que mis padres seguramente hicieron lo mismo por muchos años, hasta que, sin querer, encontré unos juguetes dentro del ropero. Yo en ese tiempo me quedé callado para que mi hermana no se enterara, aunque años después me enteré que ella hizo lo mismo conmigo.

Y si a mí aún me preguntaran que quiero recibir hoy por la noche de Reyes, yo pediría:

  • Más días de vacaciones para irme de viaje a una playa, de preferencia Cancún.
  • Dinero de sobra para financiar el punto anterior.
  • Un Treo 700p con un plan de datos más "vara"
  • Unos audífonos de mayor calidad que los que se consiguen afuera del metro
  • Un aumento de sueldo
  • Mis deudas canceladas
  • El heredero

¿Creen que es mucho pedir? Algunas cosas son fáciles, otras no... ¡pero vamos! ¡Es Día de Reyes! ¡Se vale soñar!

¡Que reciban lo que pidan!

Saludos.

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