Malteada del amor!
Pues el sábado fue un dia movido.
Por la mañana mi esposa fue a presentar su examen de inglés del cual salió bien (al menos eso dice ella).
Al salir de su examen fuimos con mi querido amigo Victor al Baby Shower de su esposa y su heredero (ya viene en camino el pequeño Eric) y su cuñada con su primer nena.
Después de estar con el y pasar un momento muy ameno, fuimos mi esposa y mi hija a comer a conocido Centro Comercial de Insurgentes. Y estando ahí es imperdonable no probar una de sus exquisitas malteadas.
Yomi yomi...
Saliendo de ahí y después de bajar la comida paseando por el Centro Comercial, fuimos al cumpleaños del Tio Genaro. Llegamos justo cuando el mariachi estaba tocando y la comida se estaba sirviendo.
Uf... Y me quejo de porque estoy ya pesando mas de 85 Kgs.
Total que fue un dia movidito.
Pero esas malteadas son imperdibles!
Fue de los lugares favoritos de mi esposa y mio cuando eramos novillos. Ahora compartirlo con mi pequeña fue una experiencia agrable: un lugar donde el amor floreció en nosotros y que a la postre desembocó en mi pequeña niña, el producto del amor entre mi esposa y yo.
El efecto de una malteada! Ja!
Gustavo Avilés
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Por la mañana mi esposa fue a presentar su examen de inglés del cual salió bien (al menos eso dice ella).
Al salir de su examen fuimos con mi querido amigo Victor al Baby Shower de su esposa y su heredero (ya viene en camino el pequeño Eric) y su cuñada con su primer nena.
Después de estar con el y pasar un momento muy ameno, fuimos mi esposa y mi hija a comer a conocido Centro Comercial de Insurgentes. Y estando ahí es imperdonable no probar una de sus exquisitas malteadas.
Yomi yomi...
Saliendo de ahí y después de bajar la comida paseando por el Centro Comercial, fuimos al cumpleaños del Tio Genaro. Llegamos justo cuando el mariachi estaba tocando y la comida se estaba sirviendo.
Uf... Y me quejo de porque estoy ya pesando mas de 85 Kgs.
Total que fue un dia movidito.
Pero esas malteadas son imperdibles!
Fue de los lugares favoritos de mi esposa y mio cuando eramos novillos. Ahora compartirlo con mi pequeña fue una experiencia agrable: un lugar donde el amor floreció en nosotros y que a la postre desembocó en mi pequeña niña, el producto del amor entre mi esposa y yo.
El efecto de una malteada! Ja!
Gustavo Avilés
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posteado por Gustavo Avilés at 1:21 a.m.
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