El Padrino
El sábado pasado fui padrino de un pequeñín de apenas 6 meses. Es sobrino de una prima, que al igual que yo no estamos casados por la Iglesia. Esto para los puristas de la Religión es inválido ya que estamos ambas parejas (papás y padrinos) viviendo en pecado al estar juntos, con familia y sin casarnos por la Ley de Dios.
Sin embargo, yo me llevo bien con mi prima y su esposo. Somos familia lejana pero no ha sido impedimento para que nos llevemos bien.
Cuando me lo propusieron no dude ni por un instante en aceptar. Soy adicto a las responsabilidades y el ser Padrino de un chiquillo es más que una responsabilidad: es un honor.
Escuchamos las pláticas previas el fin de semana pasado. Y me convencí aún más de no ser un fiel devoto de la Iglesia Católica. No puedo vivir con tales contradicciones en mi cabeza.
Mi prima es muy religiosa y aunque está en desacuerdo con muchas cosas de la Iglesia su fe es muy grande. Yo igual tengo fe pero más que en un Dios, tengo fe en mi mismo. Porque si existe un Dios que todo lo ve y todo lo oye, estoy seguro que ese Dios está aqui a mi lado y me comprende como yo lo comprendo a El. No concibo a un Dios que sea selectivo, vengativo, mezquino, arrogante e incongruente. Pero creo que este será tema de otro Post porque me estoy desviando.
Pues el sábado pasado estuvimos temprano en misa para que a Elián Oscar Correa Avilés fuese bautizado. Si, ese es su nombre. Es un pequeñín muy tranquilo, dormilón como el solo y serio porque no se rió ni aun cuando hice mis mejores caras.
Cuando llegué por mis ahora compadres y mi ahijado, me tocó vestirlo y creánme: se pierde práctica en eso de vestir a los bebés. Cuando estaba por cantar victoria, me di cuenta que no le había puesto el mameluco que le compré. Damn! Pues a desvestirlo de nuevo para ponerle la infaltable prenda.
El tiempo se nos vino encima pero salimos a tiempo. Mi esposa no pudo llegar ya que sus clases sabatinas de Inglés son demasiado lejos del lugar donde fue el bautizo y se perdió la misa. Bien dicen que no se puede tener todo en la vida.
Afortunamente el Padre se portó comprensivo y permitió que se bautizara al niño aún sin la madrina.
La foto que se adjunta es ya en la fiesta y anterior al Bolo. Mi hija obviamente se puso celosa de que estuviese cargando y alimentando a mi ahora ahijado. Lo demuestra con chuparse el labio que hace siempre que hay algo que la incomoda.
Me siento bien de ser Padrino. Es algo muy padre de vivir. Y no solo por la fiesta y/o la misa; sino por el hecho de saber que ese muchachito es también mi responsabilidad en compañía de mis compadres. Pensar que lo veré crecer y que debo estar ahí para el es motivante, vitalizante, edificador.
Feliz estoy. Mucho muy feliz.
Gustavo Avilés
Sent with Treo 650 & SnapperMail
Sin embargo, yo me llevo bien con mi prima y su esposo. Somos familia lejana pero no ha sido impedimento para que nos llevemos bien.
Cuando me lo propusieron no dude ni por un instante en aceptar. Soy adicto a las responsabilidades y el ser Padrino de un chiquillo es más que una responsabilidad: es un honor.
Escuchamos las pláticas previas el fin de semana pasado. Y me convencí aún más de no ser un fiel devoto de la Iglesia Católica. No puedo vivir con tales contradicciones en mi cabeza.
Mi prima es muy religiosa y aunque está en desacuerdo con muchas cosas de la Iglesia su fe es muy grande. Yo igual tengo fe pero más que en un Dios, tengo fe en mi mismo. Porque si existe un Dios que todo lo ve y todo lo oye, estoy seguro que ese Dios está aqui a mi lado y me comprende como yo lo comprendo a El. No concibo a un Dios que sea selectivo, vengativo, mezquino, arrogante e incongruente. Pero creo que este será tema de otro Post porque me estoy desviando.
Pues el sábado pasado estuvimos temprano en misa para que a Elián Oscar Correa Avilés fuese bautizado. Si, ese es su nombre. Es un pequeñín muy tranquilo, dormilón como el solo y serio porque no se rió ni aun cuando hice mis mejores caras.
Cuando llegué por mis ahora compadres y mi ahijado, me tocó vestirlo y creánme: se pierde práctica en eso de vestir a los bebés. Cuando estaba por cantar victoria, me di cuenta que no le había puesto el mameluco que le compré. Damn! Pues a desvestirlo de nuevo para ponerle la infaltable prenda.
El tiempo se nos vino encima pero salimos a tiempo. Mi esposa no pudo llegar ya que sus clases sabatinas de Inglés son demasiado lejos del lugar donde fue el bautizo y se perdió la misa. Bien dicen que no se puede tener todo en la vida.
Afortunamente el Padre se portó comprensivo y permitió que se bautizara al niño aún sin la madrina.
La foto que se adjunta es ya en la fiesta y anterior al Bolo. Mi hija obviamente se puso celosa de que estuviese cargando y alimentando a mi ahora ahijado. Lo demuestra con chuparse el labio que hace siempre que hay algo que la incomoda.
Me siento bien de ser Padrino. Es algo muy padre de vivir. Y no solo por la fiesta y/o la misa; sino por el hecho de saber que ese muchachito es también mi responsabilidad en compañía de mis compadres. Pensar que lo veré crecer y que debo estar ahí para el es motivante, vitalizante, edificador.
Feliz estoy. Mucho muy feliz.
Gustavo Avilés
Sent with Treo 650 & SnapperMail
posteado por Gustavo Avilés at 9:37 p.m.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home