Tres años ya

A mediados de febrero de 2003 recibí una noticia devastadora.

Llegó a mis oídos como chisme y lamentablemente fue confirmada poco después. Le pregunté a mi hermana si era cierto lo que había escuchado y no lo negó, pero tampoco lo aceptó. La verdad es que ya lo tenía decidido y sólo esperaba el momento adecuado para hacermelo saber.

Fue por estas fechas, hace tres años, que la acompañamos mis padres, mi esposa (embarazada de mi hija) y yo al aeropuerto. Su destino: New Jersey. Se iba junto con su esposo de ilegal a USA.

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Han pasado ya tres años de su partida. La primer escala fue Sonora, luego cruzar el desierto hasta Arizona y de ahí un camión a Utah donde un avión los llevó hasta New Jersey. Una semana después de su salida del D.F. llegaban a su destino.

El año pasado, por estas fechas, sus hijos, mis sobrinos, fueron llevados de ilegales junto a ella. Con papeles falsos cruzaron la frontera en auto para luego tomar un autobús a Utah y de ahí el mismo recorrido que sus padres.

Los riesgos son por todos conocidos: la deportación, los caza-ilegales, perderse en el desierto, las bajas temperaturas que se dan en el desierto o que el pollero los abandone, etc.

Se encuentran ahorrando su dinerito, y al parecer ya están planeando este año regresar. Los niños ya deben estar en la escuela en septiembre próximo y no quieren pasar otro gélido invierno en New Jersey.

Confío que todo salga bien y que en agosto inicien el retorno a su patria, que abandonaron para buscar un porvenir mejor para mis muchachitos, mis sobrinos consentidos. Y para ellos mismos, por que no decirlo. Las oportunidades no se dieron y pues este país requiere más y más remesas para que nuestros políticos sigan prometiendo que ahora si va en serio, que vamos a salir del hoyo, que el Mesías está próximo, etc., etc., etc.

Como sea, la esperanza de tener en México a mi única hermana sigue latente. Confiemos que todo salga bien. Vaya un saludo para ella, que espero lea pronto esto:

Ánimo Sis! Ya falta menos! Todos acá en Minezota te extrañamos!

Gustavo Avilés
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